Melmora – Señora del Cambio y la Pestilencia | Cultistas de Rodburg de Melmora

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• Melmora – Señora del Cambio y la Pestilencia

Melmora - Señora del Cambio y la Pestilencia

“Hijos de Mundus, no temáis ante el paso del tiempo. En la decadencia hay renovación; en la peste, purificación. Yo no soy sólo el fin, sino un nuevo comienzo, que nutre la vida a partir de los restos de lo viejo”.
- Melmora, Señora del Cambio y la Pestilencia

En el panteón de Mundus, la historia de Melmora es tan antigua como el tiempo mismo. Conocida en todos los reinos como la Dama del Cambio y la Pestilencia, su existencia ha sido registrada desde el comienzo de la historia escrita. Hermana de Arba, Dama de los Árboles y la Naturaleza, Melmora es una de las primogénitas entre los Señores y Damas de Mundus, y fue fundamental en la creación de los reinos.

Melmora, que en su día fue guardiana de la naturaleza cíclica de la vida, encarnaba el equilibrio entre la muerte y el renacimiento. Sin embargo, la invasión de los demonios y la Guerra de los Señores rompieron este equilibrio y, después de que Tialevor la traicionara a ella y a Duum, el Señor de la Sangre y la Guerra, ella y muchos otros Señores fueron confinados en una prisión planar, confinados en otros nichos de existencia.

Para resucitar o liberarse de su prisión planar, un Señor necesita una increíble cantidad de energía de oración, generada a través de las oraciones de los creyentes, la adoración de su culto a través de rituales o sacrificios y la construcción de templos; si un Señor fuera olvidado, desaparecería de la existencia...

Incluso mientras estaba atrapada, los rumores sobre la influencia de Melmora se filtraron en el reino mortal durante siglos, inspirando cultos que la veneraban como la precursora del Cambio. Sus seguidores, provenientes de los desilusionados y desesperados, vieron en ella un símbolo de la verdad tácita del mundo: que todo debe decaer para dar paso a una nueva vida, y que el cambio, sin importar lo doloroso que sea, es una parte inevitable de la existencia.

En su prisión planar, Melmora espera, su poder crece con cada nuevo mortal convertido a uno de sus cultistas; con cada oración, ritual y vida reclamada por sus seguidores.

Sin embargo, el objetivo final de Melmora permanece envuelto en misterio.

Algunos creen que ella se puso del lado de Tialevor sólo temporalmente, sólo para expandir su influencia y regresar a Mundus y tomar venganza, destruyendo no sólo al Dios Tirano, sino a todos aquellos que se opusieron a ella en la Guerra de los Señores, envolviendo a Mundus en un ciclo perfecto de decadencia y renacimiento, nutriendo su alma y transformándola en una reina aún más formidable de vida y muerte.